EYACULACIÓN TRASCENDENTAL

(MEMORÁNDUM DE MI 1er ½ SIGLO DE JUERGA VITAL)

por PASQUINEL LABARTA

ARCO IRIS en blanco y negro

ABSTENEOS DE OJEAR ESTA COMPILACIÓN DE MIS VIVENCIAS Y DEMÁS CULEOS AQUELLOS ORTODOXOS SUFRIDORES DE 1 RIGIDEZ CEREBRAL QUE OS IMPIDA DIGERIR CACHONDEO PURO Y A VECES DESPIADADO. PENETRAD Y EYACULAD EUFORIA EL RESTO, VENGA. AMÉN GAMBERRO.

P.D: Soy consciente de que mi ilusionante y exagerado estilo de describir lo que sea a lo peor os tentará a suponer a mis lectores que los relatos aún por venir han sido tecleados adictos a la burda exageración o distorsión del día a día por mi ego experimentado. Pues juro por mi vida, cosa seria, que toda anécdota deletreada en este tocho que ya os penetra es 1 descripción exacta en su esencia de la realidad que sucedió. Alertados quedáis.

EYACULACIÓN TRASCENDENTAL

…Mi húmeda y resbaladiza vida sentimental comenzó a calentar sus motores la época estival en que cumplía mis 15. A los colegas quienes habitábamos El Grao nos llovieron noticias de que en la Urbanización de la Malvarrosa se concentraba 1 ganadería femenina de las que aceleran el ritmo cardiaco masculino con su mero acto de presencia. Pues ni corto ni perezoso tampoco, organicé 1 traslado anatómico de la caterva de secuaces al enigmático lugar. Chino chano recorrimos el algo más de ½ km. costero que distaba nuestro objetivo. A partir de aquel 1er encuentro, el recorrido hasta el que acabó siendo 1 enclave adictivo lo cubríamos pedaleando biciclos sin motor, sobre todo para así alargar bastantes minutos el tiempo de estancia en el destino.

De entre el enjambre de monadas que revolotearon sonrientemente a nuestro alrededor con miras a besuquearnos los mofletes en señal de bienvenida, la preciosa dentadura de la exótica pero muy elegante y preciosa RISA espoleó mi rebusca de amor. Se me antojó como 1 ángel bajado de los cielos putos para poner pollas duras mediante su aparatosa risotada. Tal fue el cuelgue emocional que estimuló la chiquilla en mi mente que ya me encargué yo de organizar vespertinas quedadas diarias en 1 amplia acera frontal cercana a su morada sobre la que estacionar todo tipo de biciclos, sin o con minúsculo motor y bordeada por muritos sobre los que aparcar los glúteos a lo largo de las tantas horas entabladas de chismorreo.

Ah pero, inclusive lo perfecto en apariencia deja de serlo si rascas su formidable superficie, desgajándole capas al aspecto inocentemente perverso. Al haber existido empatía mutua desde el 1er careo sonoro entre esta sensual dama y el que ahora mecanografía, la tan atractiva niñata RISA tardó no recuerdo cuánto pero casi nada en rebelarme la orgullosa verdad que le dotaba de exclusividad: su psique gozaba aislamiento impuesto, vía políticas represivas, de la tentación que expele el pecaminoso mundo. Ese lastre cultural estaba impuesto por la camarilla neocatecumenal cOMUNIDADES cRISTIANAS, clan cATÓLICO al que mi entonces naciente tendencia a comerme la superficie de chochos castos y virginales me invitará a bajarle las bragas en 1 pronto futuro a ésta y a otra adepta a esa mentira religiosa a quien ya conoceremos, mucha tranquilidad. Además, y no lo olvidemos esto, mi asistencia durante más de 1 decena de tacos a 1 reformatorio del oPUS dEI, me había blindado contra el escándalo fomentado por organizaciones con pinta seglar de cara a la galería, pero con 1 turbio trasfondo místico. Aunque obedezcamos a la cadencia de los sucesos y continuemos deshojando a la inocente reliquia floral RISA.

Transcurrió ese otoño en que existió 1 potente intercambio epistolar en el cual mi inventiva sustituía los deseos carnales con ella como protagonista por humorísticas parrafadas redactadas a mano con este gracejo escribiente que la naturaleza genética me ha regalado. Pues se ve que mis disimuladas flechas de donjuán lograron atravesarle la teta zurda y de paso el corazón puesto que la inmediata Navidad en que la familia escapamos a nuestro paraíso valenciano me estrené en perforar con mi músculo mojado el garaje bucal de 1 ser humana. Ese fue el 1er beso largo de babosa pasión al que yo asistía como contribuyente. Luego ha habido varias contiendas babosas más en contra de 1 montón de distintas guerreras del amor ensalivado.

Se ve que le moló mi aliento mojado a la niña esta pues me invitó a conocer a su numerosa familia y a escoltarle a misa cATECUMÉNICA, 1 comida de cabeza como tantas otras consumadas en congregaciones de muchedumbres en torno a 1 charlatán que sabe jugar con los acojonos y carencias de su audiencia para transportarla a 1 estado místico en el que es tan sencillo condicionarla. Gocé así el honor de hacer migas con el señor que inseminó por cuadriplicado el chichi de la mamá de mi 1ª muñeca saboreada. El chaval era 1 persona de puta madre pese a que nuestras respectivas filosofías vitales acabaran campando por las antípodas la 1 con respecto de la otra, en fin Serafín…

Curiosamente a la rapaza con ojos sexis tono apetitoso y que incitaban al pecado, no parecieron inmutarle demasiado las enseñanzas aPOSTÓLICAS recibidas y relativas a que el sexo bucal resulta tan sólo 1 herramienta mediante la cual blindar el vínculo establecido entre el matrimonio y por tanto reservada para la íntima presencia del desposado presuntamente elegido a dedo. Debido a tanta laxitud moral, las perforaciones craneales con lengua eran tope usuales y pasionales y las manos por supuesto quietas. Se ve que la frecuente satisfacción de las hormonas eróticas eclipsa lo memorizado en las clases de cATEQUESIS impartidas allá en el convento escolar. Porque ni 1 sola vez mencionó lo mal que estaba esto de cometer tan gratos actos impuros. Es que ni ahora ni cuando en muy breve nos devoramos las partes, leedme.

Tanto era nuestro arrebato lascivo que 1 vez llegado el verano con sus calores, RISA se apuntó a 1 de mis solitarias excursiones naturalistas a través de huertos de naranjos. Que si ese pajarraco negro que vuela por ahí se llama Mirlo, oh, que si mira 1 sapo de los que no croan ni nada, ah, que si… Venga va tú, estiremos la toalla sobre este retirado recoveco, nos volcamos encima y que si caricias, abrazos, lengüetazos, aumento de temperatura cochina y… bañadores fuera y tras roerme la boca con su lengua como si le fuera la vida en ello y puede que dejarse besuquear los pezones 1 ratillo, se tumbaba sobre el paño de baño traído para la ocasión, tomaba pose de parturienta con sus rótulas separadas y gemía en silencio 1 invitación a devorarle el alma vía sus partes inguinales. Punto y seguido pues hacia allí iba yo, pelín intrigado en 1 principio pero menos asombrado más luego. Su vello púbico me daba la bienvenida con ganas de mi sinhueso, quien lo peinaba aparte.

Por fin, contacto de mi besucón hocico con los sonrosados labios vaginales de los que casi saltaban chispas de tan urgidos de amor rozado que resistían el paso de las jornadas, 1 tras la otra, 1 tras la otra… Ah pero, aparte de los recovecos más sensibilizados de la periferia de su raja, detecté que la hendidura que presuntamente conducía a sus adentros estaba muy bloqueada en su casi superficie por 1 acorchada e insensible tapa o himen que toda cATÓLICA padece obligación de mantener íntegro hasta ofrecerle su desfloración al amante sacramentalmente vinculado, todavía por pescar. Pero aún y así, menuda obra de arte tan suave y húmeda y resbaladiza y apetitosa y sabrosa has creado tÚ por aquí abajo, oh dIOS mío…, recitaba 1 y otra vez mi mente, jungla de 1 mezcla de deseo, raciocinio y vehemencia que iniciaba su resurrección de la alienación imbuida por el hampa oPUSIANO.

Empero sobre todo conviene destacar el tropiezo con el montículo del placer enclavado en la finalización superior de su hendidura genital, de la que algún colega me chivaría que se denomina clítoris o pepita, en argot. Estudiado con detenimiento, se descubre 1 especie de sonrosada semilla de melón que sobresale toda tierna de su cáscara de pellejo blando que la protege del entorno cuando el relax ataca y vence. Y la estimulación bucal de la entrepierna de RISA desembocaba casi siempre en 1 aluvión de sublimes carcajeos sabor gracias.

Pues aparte de gemir, jadear, emitir jaculatorias y hasta a veces acabar rellenando el aire con 1 de sus tan carismáticas risas, aquella quien fue la 1ª de mis 3 novias legales, incontables rollos aparte, siempre me devolvía el favor orgásmico con su avidez por vivirlo todo. Me agarraba con dulzura del tenso órgano viril de 15 cms rasos cuando en su máxima expresión y 1 vez dibujada 1 “O” en sus labios bucales, se follaba con el hocico a mi trabuco púbico. Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro… sendos min. varios hasta que chof, 1 riada de espermatozoos en su salsa inundaba su pico que ahora no sonreía con ruido. Pero jamás ni nunca engullía el blanquinoso jarabe testicular. Lo retenía en la bocaza como si fuera 1 hámster y, tras concluir la succión,  lo escupía sobre 1 kleenex que había traído para la ocasión, tan pulcra ella.

Otra de las poses de estímulo sensitivo simultáneo es la conocida como 69. En ella el señor o señorito se tiende ombligo arriba y su costilla le usa de somier cárnico y aterriza encima, pero en sentido contario. De esa manera las vergüenzas de la pareja se ubican al alcance de la cavidad bucal propia, pudiendo invertir en ellas todo el mimo y la sabiduría chupona a idéntica vez que quien sea trabaja tu aparato reproductor.

Pues así así, 1 media de 3 veces a la semana, puesto que nuestros jóvenes cuerpos tenían permitido por la Madre Naturaleza cometer ese tipo de pequeños excesos, nos devorábamos los órganos sexuales hasta cosechar cada quien su deseada dosis de orgasmos, culminaciones del placer acompañadas de 1s habituales pero siempre apasionantes carcajeos en el caso de ella que le hicieron merecedora de su nick.

A raíz de todo esto rememorado permitidme tan sólo resaltar el entusiasmo y la prontitud que la señorita RISA invertía en la gimnasia sensorial. Desde detrás de su inocente gesto facial de alegría, jamás nunca ni refunfuñaba ni tan siquiera fruncía las vivarachas facciones en 1 deje de desinterés o desagrado ante mis frecuentes propuestas de combates eróticos, dado que el menda llevaba la iniciativa libidinosa en cualquier momento.

¿Qué por qué no me casé con ella, tan atenta, servicial, cariñosa, animada y hasta concupiscente? Pues supongo que, a mis ojos de imprudente niñato, la temblorosa cuerda de la vida que ahora empezaba a recorrer se me antojaba tan impredecible y atrayente que encadenarme a 1 lastre sentimental promovía rechazo en aquella zona del coco que maneja la voluntad. Aparte de que mi brújula emocional me ha guiado siempre hacia el cambio, la degustación de lo nuevo o lo promiscuo, la filosofía de RISA me aburría al no saber pensar, sacar propias conclusiones, sino tan sólo obedecer e imitar.

Dado que no resulta tan fácil disociar el día a día de lo sexual cuando tu libido ha estado tan brutalmente reprimido en tus juveniles ecosistemas espirituales, pues acabo de expresar en este capítulo la vivencia erótica más pura e inocente y por lo tanto sincera con mi contrincante sexual de las desarrolladas en mi puta vida. ASÍ FUE.

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